El masaje de piedras calientes o masaje hot stones combina el masaje tradicional con la aplicación de piedras a diversas temperaturas sobre la piel, facilitando que fluya la energía vital y aliviando trastornos físicos y emocionales.
Este tipo de masaje encuentra su origen una antigua técnica de masaje oriental inspirada en disciplinas que defienden que nuestro cuerpo cuenta con siete centros energéticos a través de los cuales fluye la energía del universo y la vital de cada persona.
El padecimiento de enfermedades o malestares se explica, según estas disciplinas, por una circulación incorrecta de la energía por nuestro organismo, lo que suele estar producido por el bloqueo o mal funcionamiento de alguno de estos siete puntos de energía.
La aplicación de piedras a diferentes temperaturas sobre estos puntos, combinada con el masaje terapéutico, consigue que la energía fluya adecuadamente y se alivie el malestar.
Más allá de oriente, sin embargo, esta técnica se aplicaba también en Australia y América, donde mediante saunas, se combinaba el uso de las piedras con el de las plantas aromáticas.
Los beneficios del masaje de piedras calientes son numerosos y entre ellos destacan estos tres:
- Reducción y alivio del dolor. La acción directa que se ejerce sobre los puntos de energía que transmiten la sensación de dolor a los receptores nerviosos lleva a un alivio del dolor.
- Eliminación de toxinas en la piel. La sudoración producida a causa de las altas temperaturas a las que se encuentran las piedras (unos 50ºC) hace que se eliminen toxinas y la piel quede más limpia y libre de impurezas.
- Mejora del sistema circulatorio. La combinación de piedras a diferentes temperaturas, que van desde los 8 grados a los 50, hace que nuestra circulación sanguínea se active. A esto, además, hay que sumarle el efecto del masaje tradicional, que también tiene su efecto sobre el sistema circulatorio.